La obra de Marily Torres es un paseo por sus emociones, nos lleva de la mano a conocer su mundo, el mundo que la constituye desde sus raíces. Entre rostros abstractos, muñecas tradicionales y toros, privilegia el color en intensos acrílicos y da fuerza a sus formas para lograr su absoluta expresión personal.

Ya lo dijo Jason Pollock, “El artista moderno trabaja con el espacio y el tiempo, y expresa sus sentimientos en lugar de ilustrar.”

Marily nos transporta a una realidad, SU realidad, en donde los colores vivos y las pinceladas llenas de movimiento, nos muestran una nueva forma de apreciar las cosas, desde un cristal lleno de sentimiento, haciéndonos caer en la contradicción de imágenes en las cuales el tiempo parece detenido, mas se encuentra en movimiento constante, vibrante. “Laura” es un ejemplo claro de esto; la manera en que ese ojo inmóvil puede mostrarnos una profundidad infinita, en la que uno puede llegar a perderse.

Aunado a los colores, las pinceladas y las imágenes, Marily potencia también la materialidad del cuadro y convierte el proceso artístico casi en un rito religioso, siendo la pintura la prueba documental del mismo. La improvisación forma parte de este trance casi místico, en el que la artista entra en contacto directo consigo misma, dándonos a conocer un pedacito de esa alma tan llena de sentimiento y alegría.

-Alberto Ugalde